Cuando cambias los mensajes que envías a tu cuerpo, éste responde en consecuencia.
En el minuto en que empiezas a verte como joven en lugar de cómo viejo,
empiezan a aparecer cambios en tu cuerpo.
“Empecé pidiéndole que eliminara todas las referencias al envejecimiento,
tanto de su diálogo interior como del exterior, y que las reemplazara con referencias a la juventud.
Tenía que referirse a ella misma y pensar en ella misma como joven y enérgica.
Fuente: Sé tu propio coach - Fiona Harrold
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